En 1861 el gobierno de Benito Juárez se encontraba muy cerca de la bancarrota como consecuencia de dos conflictos bélicos anteriores: la Revolución de Ayutla y la Guerra de Reforma. Esta situación provoco que se anunciara la suspensión de los pagos relacionados con la deuda externa. Los países afectados por esta medida fueron España, Gran Bretaña y Francia.
Inicialmente las tres naciones crearon una alianza y propusieron una intervención militar en el territorio mexicano para restablecer los compromisos económicos. Españoles y británicos no se sumaron finalmente a la invasión, pero las tropas francesas llegaron a la localidad de Veracruz en 1862 con el propósito de invadir México.
Si bien EEUU protestó por las intenciones militares de los franceses, no intervinieron directamente en el conflicto ya que por entonces la nación se encontraba inmersa en plena guerra civil.
Por entonces, el gobierno mexicano había renunciado a la suspensión de los pagos, pero Francia mantuvo Su objetivo por que Napoleón III quería crear un nuevo imperio colonial en el continente americano que sirviera como contrapeso al expansionismo de los Estados Unidos.
La primera batalla tuvo lugar en mayo de 1862 en Puebla y en ella las tropas francesas fueron derrotadas por el ejercito mexicano.
Con la llegada de más tropas los franceses ocuparon las ciudades de Tampico y Tamaulipas y en junio de 1863 tomaron la capital mexicana. Esta circunstancia obligó al presidente Juárez a establecer un gobierno itinerante en diferentes localidades. En ese momento los conservadores mexicanos y los franceses pactaron que la nación estuviera gobernada por Maximiliano el archiduque de Austria. Paralelamente, los liberales no aceptaron la imposición de un monarca europeo.
El Imperio de Maximiliano no tenía apoyos populares y los conservadores no estaban satisfechos con las reformas liberales impuestas por el monarca.
Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos respaldó a los liberales liderados por Juárez. La situación del monarca era tan inestable que el propio Napoleón III le propuso que abandonara el poder, pero Maximiliano no aceptó e intentó convertirse en el símbolo de la integración nacional.
Finalmente, las tropas francesas se retiraron y esta circunstancia favoreció que el ejército mexicano recuperase el control de la nación.
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